sábado, 30 de mayo de 2009

DDA: descerebrados y dolarizados adolescentes.

Anoche fui a ver la peli "The Reader" a un conocido cine de la zona de Palermo. No quiero dar datos más concretos porque temo que los padres de las descerebradas y dolarizadas adolescentes que ocupaban las dos filas de atrás me demanden. Cinco de las diez chicas en cuestión -que probablemente tenían sobredosis de cafeína en sangre por culpa del famoso café que venden en el local muy concurrido del shopping de la esquina- llegaron media hora después de empezada la película. Las otras cinco ya las esperaban con sus ruidosos pochoclos y celulares. Parece que lo nuevo entre los adolescentes de la zona es ir a hablar al cine, porque total es barato (?) y a la gente no le molesta su cuchicheo. Además de hablar, es importante llamar a los amigos pesificados que esperan afuera, burlarse de la gente molesta que los hace callar y revolear pochoclos. Otro síntoma importante de este flagelo que afecta a los jóvenes argentinos es la consecuente dificultad para entender la trama: "¡uh, ahora entiendo porqué se llama El Lector!" "¡qué embole!" "¡no entiendo nada, boluda!" son algunas de las frases que escuchamos apenados. Media hora antes de finalizada la película, dos de las pobres chicas se dieron por vencidas y se retiraron del cine; probablemente ya les estaba afectando la abstinencia de cafeína por culpa del conocido café de la esquina. Me cuesta mucho comprender a estas pobres víctimas de tan terrible enfermedad... o ya soy una vieja chota, no sé...

D.

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